Hola! Mi nombre es Paloma y me gustaría compartir con vosotros un breve resumen de lo que fueron mis casi cinco meses de voluntariado (desde 02/03/2025 al 11/07/2025). Mi llegada fue de lo más acogedora, la organización preparó toda una gymkana de bienvenida y nos invitó a comer. A partir de ese día, descubrimos cuál iba a ser nuestro plan semanal general: lunes y martes iríamos a escuelas infantiles con diferentes proyectos, miércoles y jueves iríamos a residencias de ancianos y centros de día con el mismo objetivo, mientras que los viernes solían estar dedicados a la organización de la siguiente semana. Aunque este era el horario usual, muchas semanas teníamos proyectos externos como visitas a institutos para que aprendieran inglés, clases personalizadas de húngaro una vez a la semana o proyectos por días especiales. En concreto recuerdo uno en el que se celebraba el día de la independencia húngara y leímos un poema traducido a nuestra lengua materna. Sin duda, ha sido una experiencia que también me ha ayudado a hablar el inglés de forma más fluida, a descubrir muchísimo sobre la historia de Hungría que tanto desconocía, a conocer a nuevos amigos de diferentes culturas y a conocer nuevos países que eran fronterizos con Hungría y muy accesibles para visitar. Me gustaría añadir que el voluntariado fue mucho más ameno ya que coincidí con una compañera en el mismo proyecto, por lo que nunca estaba sola. Además, mi coordinadora era de la misma edad por lo que la relación tan cercana permitió que los proyectos fueran muy cómodos y fáciles comunicativamente. El enfoque de este voluntariado me ha ayudado a mejorar en mi ámbito de estudio, la enseñanza de lenguas, ya que trabajar con las diferentes edades me ha abierto las puertas de diferentes métodos de enseñanza y la adaptación a sus necesidades pertinentes. En junio, tuvimos la gran oportunidad de acoger a 10 voluntarios más de Georgia, Portugal, Grecia y España para un campamento tematizado con cada uno de los países. Hicimos numerosas actividades que permitían el conocimiento de las culturas de una forma muy interactiva y divertida, los adolescentes estaban muy agradecidos y con muchas ganas de saber más sobre nosotros y nuestras culturas. Asimismo, el entusiasmo de los propios voluntarios y las ganas de hacer siempre todo permitió que la experiencia fuera de lo más enriquecedora. Era la primera vez que me iba sola a vivir a otro país (ya que, aunque me fui de Erasmus, desde el aeropuerto volé con dos personas que conocí que también vivían la experiencia conmigo) y estaba muy nerviosa. El vuelo fue largo pero precioso, estaba deseando llegar a mi nueva vida. Ese día me recogió del aeropuerto mi compañera de proyecto y nos embaucamos en la preparación para comenzar el voluntariado al día siguiente. Tras la larga travesía y la primera noche en Hungría de mi vida, acudimos a la oficina y nos presentamos ante las trabajadoras. Nos invitaron a una comida típica húngara y disfrutamos mucho. El día estuvo lleno de descubrimientos y explicaciones enormemente necesarias y beneficiosas. La semana de información continuó, supimos que hacer en cada caso posible y trabajamos mucho la confianza en nosotras mismas y las situaciones peligrosas que se nos podían dar en cada caso. Disponíamos de pequeños descansos para lo que necesitáramos. La ciudad era enormemente preciosa, cada vez que podía intentaba caminar por sus calles y visitar sus monumentos. La catedral fue una de las cosas más impactantes que viví. Cada vez que alguien me visitaba acudía allí. La ciudad estaba llena de pequeños tesoros que siempre podían descubrirse. Tras la semana de presentación de la empresa, nos tocó presentarnos a nosotras. Hicimos toda una ceremonia de bienvenida en la que presentamos a nuestro país y nuestras costumbres, así como nuestros hobbies personales y nuestras personas importantes. Tematizamos todo con los

respectivos países y organizamos esta comida hecha por nosotras. Fue todo un éxito. Las primeras semanas fueron muy intensas, pero nada que ver con la

tercera. Acudimos a un encuentro organizado por la National Agency en Budapest con el resto de voluntarios de Hungría. No solo fue una de las mejores semanas del voluntariado, sino una de las mejores semanas de mi vida. Hacíamos todo el tiempo unas actividades muy interesantes y divertidas, tuvimos muy buena relación entre todos nosotros y descubrimos muchísimo sobre los países de cada uno. Además, disponíamos de la comida buffet todos los días de esa semana y disfrutamos como niños. Sin duda, repetiría esta semana mil veces. En conclusión, estaría completamente dispuesta a repetir la experiencia y animo a cualquiera a vivirla. Es algo que solo ocurre una vez en la vida y hay que aprovecharlo. Muchas gracias a Yes Europa por ser mi sending organisation y a Talentum Foundation por ser mi empresa de voluntariado en Hungría.