Estos ocho meses me han servido de punto de inflexión en mi vida y han sido, por lo menos, breves. Ha sido una experiencia única, creo que toda persona que participe en el programa tendrá la misma opinión, pero terminas creyendo que tu lugar es especial, que tus amigos y compañeros de proyecto terminan siendo tu familia y fueron lo más importante del año, los que me arroparon cuando tuve dificultades, con los que más practiqué el idioma, y con los que compartí experiencias noche tras noche compartiendo una cena en el salón de nuestra casa.
He trabajado con un colectivo de personas con diversidad funcional, y esto creó al principio muchísimas barreras de lenguaje, pero al final fueron un factor más para unirnos en una amistad sin precedentes. Mi día a día se basaba en realizar acompañamientos a los usuarios (desde ir al súper hasta apuntarme a clases de natación y terminar siendo la profesora), organizar actividades de ocio y tiempo libre (como juegos, actividades creativas y manualidades, tardes de cine o de karaoke), realizar trabajos productivos para empresas colaboradoras en centros de día para jóvenes en programas de reinserción laboral.
El proyecto de Lava Legato es súper completo, te da la posibilidad de trabajar en hasta seis localizaciones diferentes en cada día de la semana, con grupos diferentes de personas, lo que te permite ampliar tus actividades al máximo y aprender cada día cosas nuevas. Te da la oportunidad de crear tu horario semanal según tus preferencias y eso es un punto clave de la actividad ya que la semana se te pasa volando.
Salgo del programa con muchísima confianza en mí misma y derribando barreras que tenía en el inicio debido a la falta de comunicación generada por el lenguaje. El idioma también fue uno de mis progresos este año, en mayo aterricé en Países Bajos con muchísimas carencias comunicativas, evitando participar en conversaciones éticas o políticas ya que sentía que me faltaban muchísimos argumentos, y en diciembre termine siendo colaboradora de una asociación de renombre de refugio a mujeres Afganas, siendo parte de la organización de eventos anuales de feminismo joven en la ciudad de Rotterdam y hasta participando e impartiendo clases de meditación por medio de la respiración para ayudar en casos de ataques de pánico provocados por el estrés postraumático que les supone a esas mujeres.
Países Bajos es ahora mi segunda casa, de mi experiencia no tengo más que opiniones positivas, y aunque la gente podrá parecer distante y fría al comienzo, una vez creas una amistad con una persona de allí sabes que el nexo es super fuerte y que puedes confiar. Vuelves hecho todo un profesional en cuanto a bicicletas se refiere, y terminas siendo inmune a que te llueva en la cara día tras día y a ponerme 276428 capas de ropa encima a causa del frío.
Vivir fuera de tu país es una experiencia que le recomendaría a todo el mundo, supone un cambio en tu vida y una apertura de puertas impresionante! Aprendes sobre ti mismo de una manera que no te imaginas y te permite ganar conocimientos y experiencia relacionados con tus intereses o tu formación.
Me encantaría que todos se animasen a participar y que dejen a un lado los miedos, por lo que si tienes alguna pregunta no dudes en escribirme!