Claudia aprende e Nimes a ser asistente de lengua española

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Mi aventura en Nîmes, Francia, empezó hace 4 meses ¡y aquí seguimos!.

Mi proyecto se divide en dos: por un lado, ser asistente de lengua española en un instituto privado de formación profesional y, por otro, hacer talleres y actividades con la “Casa de la Europa” de Nîmes.

En el instituto me han dejado hacer varias cosas, incluso he sido capaz de dar clase a alumnos (en pequeños grupos) de español y me ha encantado la experiencia!.

Otras veces, he participado con profes en sus clases ayudándoles para que sus alumnos tuviesen en clase y en persona un nativo con el que practicar. He conocido de todo: desde alumnos super motivados por el español, el país y la cultura en general y a los que poco les faltaba para hablarlo perfecto, hasta otros que con 4 palabras en español se creían unos “hachas” con el idioma.

Para mí, todo ha sido valioso, esta parte me ha descubierto un poco el maravilloso y complicado mundo de la enseñanza del español. Maravilloso porque a veces puede ser muy gratificante y complicado por lo difícil que resulta a veces motivar y realmente poder a llegar a conectar con la gente en el ámbito de la enseñanza de lenguas.

Mi trabajo se desarrolla en un “lycée polyvalent” (instituto polivalente), el cual cuenta con varias cosas para los alumnos: desde preparar a aquellos que quieran entrar a la universidad (un poco como el bachillerato en España) como acoger a los que quieren seguir estudiando otros niveles menos elevados que el universitario (módulos) o
incluso aquellos que quieren entrar en el mundo profesional un poco antes (a los que se les da una especie de certificado profesional después de los estudios).

Por tanto, he contactado con público muy diferente y he conocido a alumnos que iban desde los 23 años hasta los 16, la verdad, nunca había trabajado con público adolescente e iba con bastante miedo, todo hay que decirlo, pero, como dicen aquí, “c’est bien passée”, ha ido bien al final y ¡no era para tanto!.

Por otro lado, está la Casa de la Europa, con su equipo multicultural total: alemanes, franceses e italianos y todos los voluntarios que somos bastantes también: españoles, un turco, una checa, italianos y una alemana. Con ellos las actividades más conocidas que ofrecemos son el café linguistique, en Nîmes, una vez al mes y que consiste en
intercambio de idiomas pero, la particularidad es que, siempre hay nuevas actividades creadas por nosotros y somos los “animadores”, es decir, los que nos encargamos de ello.

También está el café multi-kulti, un café que gira en torno al tema de presentar países europeos para que otros los conozcan. El encargado te explica su país con una presentación y si quiere puede traer o hacer algo típico de comer, los demás hacen preguntas y van cambiando de mesa en mesa ya que cada día se presentan 4 países
diferentes, este también se hace una vez cada mes.

Para finalizar, os diré que he hecho muchísimo más, presentaciones sobre Movilidad Europea y oportunidades para jóvenes en Europa, presentaciones incluso de mi experiencia como joven europea y que se “mueve”, mi sistema escolar, mi país, mi cultura… hasta debates sobre Europa y la Unión Europea, temas de los que no tenía ni idea, pero, como se dice, ¡nunca te acostarás sin saber una cosa más!.

Las fotos que adjunto son un poco un mix de todo, seminarios SVE (geniales, he conocido a gente maravillosa en ellos), actividades con los otros voluntarios (hemos hecho un día intercultural en uno de los institutos y cada uno cocino comida típica de su país, lo mejor fue cocinar todos juntos en una cocina enorme y con tiempo fijo como si de un restaurante se tratase, ¡mezclando, platos, culturas y lenguas!), actividades con mis compañeros de piso (a los que adoro y me siento afortunada de haber conocido) (hemos sido actores en un corto para promocionar la educación en los institutos de la región con un ambiente “zombie” e incluso, “camareros” en una cena de estilo
marroquí a cargo de la asociación de una de nuestras tutoras).

En fin… SVE es una experiencia mágica, sin duda, os animo a vivirlo a tope y, sobre todo, a no venir con nada pensado, planeado ni preestablecido, a veces, lo mejor es dejar que las cosas fluyan e ir descubriéndose a sí mismo y encontrando nuevos caminos, ¡esta es la mejor lección que yo he sacado de esta experiencia!

Escrito por Claudia, voluntaria española en Nimes (Francia)

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