El 1 de Julio me embarqué en la experiencia que cambiaría por completo muchos aspectos de mi vida, un voluntariado para la conservación de la tortuga boba en las costas del sur de Turquía. Suena bien, pero fue mejor aún, me esperaba el mejor verano de mi vida y no tenía ni idea de que iba a pasar ni de cuantas cosas iba a vivir tan intensas en tan poco tiempo.
La aventura comenzó en Antalya, al sur de Turquía, donde pasé unos días hasta que nos reunimos todos los compañeros. Nos empezamos a conocer allí, gente española y húngara, de momento. Nos llevamos muy bien y recorrimos las calles de la ciudad permitiéndonos entender un poco de la cultura turca.
Una vez llegamos a Demre, la cosa cambió. Esto era un pueblo turco, no una ciudad, por lo que era muy distinto. La experiencia en Demre a mi parecer, es mucho más auténtica, conoces más la cultura y a la gente, y los paisajes… nada que ver. Las playas son preciosas e hicimos viajes increíbles.
La casa donde vivíamos estaba alejada, pero estaba muy bien. Está dividida en apartamentos de cuatro, dentro teníamos dos habitaciones de dos personas y una cocina con un salón muy amplio. Tuve suerte en la convivencia y compartí con una española y dos húngaras, nos hicimos muy amigas y seguimos en contacto.
Los días eran tranquilos, trabajábamos de madrugaba, a veces nos quedábamos a desayunar por la playa todos, y volvíamos. Luego por la tarde íbamos a la playa a limpiarla de basura y ya nos quedábamos ahí disfrutando de un buen baño y un atardecer, o jugando al voleibol.
Los fines de semana, que no trabajábamos, aprovechábamos para hacer viajes. Visitamos sitios como Kas, Fethiye, Olympos, Suluada…E incluso cuando pudimos nos escapamos a viajes más largos como Estambul y Capadocia.
En resumen, ha sido una experiencia que recomiendo al 100%. Estar en contacto con la naturaleza tantas horas al día, sobre todo con las tortugas, trabajando por la mañana con las crías y haciendo snorkel por las tardes con las adultas en la playa, no tiene precio. La calma te atrapa en ese pueblo turco, y la gente te enseña muchos valores sin tu saberlo. Estoy deseando volver a aquel lugar tan mágico y ver a aquellos amigos que hice.