YesEuropa me ayudó a encontrar mi destino, Cracovia, y con ellos todo fue super fácil. Contactar con la organización de acogida, la formación e información necesarias, etc.

Mi voluntariado ha consistido en trabajar en un jardín de infancia en Cracovia, de 3 a 7 años. Yo he estudiado magisterio infantil, por lo que ya sabía que me iba a encantar esta experiencia. Sin embargo, aunque no tengas experiencia con niños, te encantaría igualmente este proyecto.

Mi organización de acogida, STRIM, fue maravillosa. Desde la primera entrevista me trataron muy bien, siempre cuidando de tu bienestar y encargándose de que no tuvieras ningún problema. Una vez en Cracovia realizaron meetings desde el principio para integrarnos en el proyecto, que conociéramos a todos los voluntarios, mentores y coordinadores y que no nos aburriéramos. Con todo el tema burocrático de papeles, seguros, el banco y demás me sentí super ayudada y protegida, pues ellos lo organizaban genial de forma que no tuvieras que preocuparte. No podría haber tenido más suerte con ellos, tienen una organización y gestión excelente. 

Trabajar con niños polacos que no hablan tu idioma fue todo un reto sin duda, pero gracias a la ayuda de la coordinadora del jardín de infancia, pude exprimir mi creatividad al máximo, haciendo material para los niños y preparando diferentes actividades. Entre otras cosas, realicé marionetas de teatro para realizar una función en español de un cuento tradicional que los niños ya conocían a la semana, diversas manualidades con ellos, bailes de zumba, canciones infantiles, clases de educación física y juegos para enseñar español (colores, animales, números, partes del cuerpo, etc.). Llevar acabo esas actividades te provoca una satisfacción inmensa, porque te das cuenta de que, a pesar de no hablar el mismo idioma, es fácil hacerte entender mediante expresión corporal y un poco de polaco que vas aprendiendo.

Aparte de todo lo que te aporta trabajar en el jardín de infancia, como conocer la cultura polaca, aprender acerca del Sistema Educativo polaco, recibir el amor incondicional de los niños y fomentar tu crecimiento tanto personal como profesionalmente, ser voluntario tiene un montón de ventajas.

He tenido la oportunidad de viajar prácticamente por toda Polonia, cosa que probablemente no hubiera hecho si no fuera por esta experiencia, he conocido personas de todo el mundo que me han hecho ampliar mi punto de vista conociendo su país y cultura y rompiendo y ampliando los esquemas de la mía. Solo en mi piso convivíamos personas de cinco nacionalidades: Austria, Francia, Azerbaiyán, Georgia y España. Para mí fue mágico tener la oportunidad de vivir con personas tan diferentes, y semejantes a mí al mismo tiempo, y ahora veo el mundo de una forma más amplia, no siento España como mi único hogar, sino que siento que ahora formo parte del mundo, y que mi casa puede estar en cualquier lugar del globo. Eso hace que tengas menos miedo al fracaso en España, a no encontrar trabajo, porque sabes que fuera tienes mil oportunidades. En mi organización, STRIM, éramos 32 voluntarios, que se convirtieron en parte de mi familia.

El arrival y midterm training son increíbles. Durante una semana estas en un hotel con voluntarios de distintas ciudades de Polonia realizando actividades, aprendiendo polaco y hablando de tu experiencia para entender mejor en que consiste el voluntariado y como puedes mejorar tu experiencia. Por el coronavirus solo pude hacer el primer training presencial, lo cual fue una pena porque me encantó tanto que tenía muchas ganas de hacer el segundo, sin embargo, tuvo que ser online.

EL COVID-19 nos puso patas arriba el proyecto, desde marzo no me fue posible acudir al jardín de infancia y tuve que realizar las actividades de forma online. Mayormente realicé tutoriales con manualidades, como dibujar, canciones en español y recetas de cocina, sin embargo, no tuvo mucho éxito porque no creo que llegaran a los niños. Ojalá no hubiera pasado la pandemia y hubiera podido disfrutar de los meses que el confinamiento quitó. No obstante, intenté mantener mi motivación y mi energía arriba todo lo que pude. Tanto con los tutoriales como con los trainings que tuvieron que ser online en vez de presenciales.

Sin duda realizar un voluntariado te cambia la vida, tu forma de pensar y de ser, y no es la misma persona la que comienza el proyecto que la que lo acaba, es alguien mejor, que sabe quién es y lo que quiere, con más seguridad y ambiciones mayores, con ganas de seguir viajando nutriéndose de lo que el mundo y las diversas culturas pueden darte. Ojalá yo tuviera la oportunidad de hacer este proyecto de nuevo, de volver a empezar el mío, porque lo reviviría mil veces… Aprovecha la oportunidad que el Servicio Voluntariado Europeo te da y vive esta experiencia tan mágica.