¡Hola! Soy Andrés, de Burgos, y este es mi segundo mes de mi voluntariado europeo de larga duración (1 año) en Szeged, una ciudad de 160000 habitantes al sur de Hungría, situada en la frontera con Serbia y Rumanía. La organización que me acoge gestiona diferentes acciones de voluntariado en la región, y coordina diferentes puntos de información para jóvenes en varias ciudades cercanas a Szeged.
En este momento somos tres voluntarios: una chica rusa que está en el mismo proyecto que yo, y un chico turco en un proyecto de corta duración. Nuestras labores incluyen la promoción de eventos relacionados con la organización, promoción del voluntariado en colegios e institutos, creación de clubes de idiomas (inglés, español y ruso), además de colaborar con centros culturales en otras ciudades de la región, a las que acudimos una vez a la semana.
Las sensaciones en la oficina son realmente buenas, es un ambiente muy familiar, y nos ayudan con cualquier problema que nos surja, siempre están pendientes de nosotros con lo que no nos hemos sentido abandonados en ningún momento. La verdad es que la organización (Álapítvany) es inmejorable, siempre están pendientes de nosotros, con cualquier cosa que necesitemos, el trato es excelente, y siempre tratan de mejorar. El proyecto es interesante y hemos hecho muchas actividades diferentes. No me arrepiento para nada de haber venido y he aprendido muchísimo durante estos nueve meses, siendo una de las mejores experiencias de mi vida
Uno de los puntos más positivos del mi proyecto es que nadie en la oficina habla español, así que tengo que pensar 24 horas en inglés, lo que me está permitiendo mejorar mi nivel (incluso estoy olvidando el español!), sin embargo, el húngaro es necesario, o, al menos, muy recomendado para nosotros, ya que algunas de las actividades que realizamos son con un público que no habla inglés, y es un idioma MUY difícil, así que estamos tomando clases en la universidad (facilitadas por la organización), además de un club de húngaro que han organizado para nosotros en la oficina, por lo que espero mejorar poco a poco y adquirir cierto nivel en unos meses.
De momento la experiencia está siendo muy buena, Szeged es una ciudad llena de vida (tiene alrededor de 30000 estudiantes), por lo que hay muchas actividades destinadas a jóvenes. Hay un grupo bastante numeroso de estudiantes internacionales, además de otros voluntarios europeos desarrollando un proyecto en otra organización, así que es fácil conocer gente y hacer planes después del “trabajo”.
Y viajar; Szeged está bien comunicada, estamos a 2 horas de la capital, Budapest, y a menos de una hora de Rumanía, y Serbia, lo que nos está permitiendo realizar bastantes excursiones los fines de semana.
Según mi experiencia y la de otros voluntarios que he podido conocer en Hungría, el EVS es una opción inmejorable para conocer otras culturas, a gente muy diferente, con hábitos distintos, con idiomas diferentes y abrirte al mundo, y cambiar tu forma de ver la sociedad, mejorar el trabajo en equipo y salir de tu zona de comfort. Definitivamente, si quieres cambiar de aires, si estás perdido y necesitas encontrar una motivación o tomar un nuevo rumbo en tu vida, o simplemente, viajar, mejorar el inglés y aprender otros idiomas, el EVS es una decisión acertada.
Sziastok! (¡Adiós!)
Escrito por Andrés González, voluntario europeo en Hungría
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