Finales de marzo y otro mes que se nos va! Mes intenso en el que hemos empezado nuestro proyecto, “EUREKA”, en diferentes escuelas de Arad (Rumanía).
El primer día fue intenso; nervios,ilusión, incertidumbre, miedo… ¿Como nos vamos a entender con los niños y niñas? ¿Hablaran ingles? ¿Y las profesoras? Miles de preguntas en la cabeza. Al entrar por la puerta en la primera clase, los nervios y el miedo desaparecieron, los niños y niñas nos recibieron con abrazos, regalos y una gran sonrisa.
Estas primeras semanas en las escuelas las hemos dedicado a realizar dinámicas y juegos de presentación, ya que son muchos niños y niñas con las que trabajamos y aprenderse los nombres es muy complicado. Pero también hemos tenido ocasión de realizar campañas especiales para celebrar el “Día de la madre” y el Día mundial del agua”, actividades en las cuales los niños y niñas han sido muy creativos y hemos realizado diferentes murales y dinámicas.
El idioma sigue siendo complicado, ya que nuestro rumano es escaso y muchas de las profesoras no hablan ingles por lo cual explicar muchas actividades se nos hace complicado, pero aun así es bonito ver como con gestos y diferentes tipos de comunicación no es imposible hacerse entender.
Durante este mes, también hemos tenido la posibilidad de cooperar en diferentes proyectos que realizan otros voluntarios en la ciudad. Pusimos nuestro pequeño granito de arena en la reforma de una ludoteca en el Hospital de Arad, remodelando y pintando una de las habitaciones del hospital para convertirla en una ludoteca donde los niños y niñas que están ingresados en el hospital puedan realizar actividades y pasar sus ratos de ocio. También hemos tenido la posibilidad de colaborar en otro proyecto orientado a dar apoyo a las personas con discapacidad intelectual , así como a sus familias para mejorar su calidad de vida y defender sus derechos, realizando diferentes talleres y actividades.
Y por este mes esto es todo, el siguiente mes seguiré contándoos las aventuras por este país al que le queda mucho por descubrir.
Escrito por Ruth, voluntaria europea en Rumania
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