Si pudiera definir con una palabra lo que para mí ha sido la experiencia en Grecia con el SVE sería la de maravillosa. Sólo puedo dar gracias a todas las personas que hicieron que esta experiencia fuera tan positiva.
He trabajado de voluntaria durante 10 meses (desde septiembre hasta junio de 2019) en un centro con personas con discapacidad intelectual en una ciudad griega: Λιβαδειά. Y eso me ha ayudado a crecer mucho como persona y a aprender sobre el mundo de la discapacidad intelectual, así como luchar contra ciertos estereotipos y prejuicios.
Como voluntarios/as auxiliábamos a los profesionales con las actividades que tenían preparadas para los/as usuarios: creación de periódicos, dibujo, elaboración de marionetas, pintura, canto, teatro, costura, etc. Además, en determinadas ocasiones nos dejaban a nosotros/as mismos/as proponer y llevar a cabo alguna que otra actividad, como una que hicimos sobre el baile, otra sobre cocina, etc.
Además, dos veces a la semana teníamos clases de griego, para que conociéramos su propio idioma y llegáramos a tener cierta comunicación con los/as usuarios/as (sólo hablablan en griego).
Por otra parte, hacer el SVE me ha permitido visitar muchos lugares de Grecia y he podido aprender y conocer su cultura. Pero no sólo la cultura griega, sino otras muchas culturas al hacer conocidos y amigos y otros voluntarios/as de distintos países: Austria, Alemania, Francia, Pakistán, Siria, etc.
Como dije al principio, estoy muy agradecida por haber tenido esta experiencia y me llevo muchos amigos/as conmigo.
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