«Esta es la última noche en Bulgaria, llegué a ella como otros muchos,perdiéndome para encontrarme un poquito más cada vez…»
Se presentó desaliñada y rota, con achaques típicos de la economía en transición…pero la belleza la encuentran los ojos pacientes,los ojos que no comparan con los vestidos de las fachadas parisinas.
Ella es un tercio bosque, es el chillido del águila en la garganta de las bailarinas,es pasión y tradición en cada taconeo..
Ella es extrema y fuerte, quiere, como todas, que la quieran, la cuiden y
no la abandonen y sus hijos, gente de los confines,seguirán luchando por ella.»
Gracias a Building Bridges y a todos los voluntarios con los que he compartido este mes fantástico en el que hemos aprendido y disfrutado enormemente, y gracias a los búlgaros que nos acogieron y se esforzaron tanto.
Escrito por Cristina Esteban, voluntaria europea en proyecto de corta duración en un festival de Bulgaria.
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