A poco más de una semana de hacer un mes en Sighisoara, una bonita ciudad de Transilvania, parece que fue ayer cuando me embarqué en la aventura de desarrollar un Servicio de Voluntariado Europeo en Rumanía sin conocer una palabra del idioma que me iba a encontrar al llegar aquí. Mi primer “encontronazo” con el idioma fue temprano, fue antes de coger el avión en Madrid, cuando una pareja de rumanos me hicieron una pregunta a la que no pude responder… Llegué aquí de noche, no pude ver paisaje, no sentí el frío que pensaba encontrarme y me llevé la sorpresa de que se conducía por el mismo lado que en España, afortunadamente. Cuando llegué a las tres de la madrugada a la que sería mi futura casa me encontré con que dos compañeros de viaje ( 1 lituano y 1 italiano) estaban esperando para darnos la bienvenida, estuvimos hablando como pudimos horas hasta que por fin a la mañana siguiente nos levantamos y vimos todo un poco más claro… “My home sweet home” es ahora un piso compartido por 7 personas, 2 españoles, 2 italianos, 2 lituanos y 1 estoniana. Creía que la convivencia sería difícil, puede que lo sea, aunque todos nos hemos adaptado a todos como hemos podido desde el primer día incluso hemos hecho actividad física en una de las habitaciones pasando momentos increíbles. Dejo una foto para que os hagáis una idea…
En todo lo relativo a la gente esto un lujo, somos 14 voluntarios de diferentes países en Sighisoara repartidos en varias escuelas locales promoviendo estilos de vida saludable. En las escuelas realizamos talleres con los niños enseñándoles conocimientos que nosotros adquirimos en sesiones de formación que nos imparten a nosotros. Por las tardes proponemos nuestras propias iniciativas. Dentro de nuestras iniciativas hemos propuesto realizar una caminata todas las tardes con adultos de la ciudad para promover la actividad física entre esas edades y para los peques realizaremos clases de baile para que disfruten y pasen un rato genial con nosotros divirtiéndose y realizando actividad física.
El ambiente escolar es estupendo, los niños nos adoran y quieren participar en todo momento con nosotros con lo que me encuentro muy feliz con ellos a pesar de que aún no puedo comunicarme. Estamos dando clases de rumano, pero es un poco complicado a pesar de que tiene muchas palabras parecidas al español. Esto es como una mezcla de lenguajes a la que me costará un poquito adaptarme…
Por otro lado está la otra cara de la cultura, y la gente de aquí, hay mucha gente viviendo en la pobreza siendo uno de los negocios más populares entre la población gitana el pedir leu por leu a cada extranjero que se encuentran utilizando a niños muy pequeños e incluso bebes para causarnos mayor impresión y que les demos dinero. Para mi la situación es bastante complicada ya que nunca me había encontrado en la situación de girar la cara a un niño de 3 años que me viene pidiendo dinero ya que ocurre más de 10 veces al día. O mujeres que se posan en nuestra ventana y nos observan pidiendo dinero hasta que les damos algo o bajamos las persianas… Hasta me da miedo que llegue un momento en el que vea esta situación normal. Lo único que está un poco en nuestra mano es facilitarles que puedan disfrutar con nosotros en eventos públicos en la ciudad, no dejan de ser niños realizando un trabajo de adultos que quieren sonreir y disfrutar, así que eso intentaremos… Espero que poco a poco pueda contaros más cositas de ésta maravillosa cultura y de la gente de aquí… Creo que para el primer post es suficiente…
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