Esta historia empezó hace ya más de una década…en 2008 mis padres me dieron la oportunidad de hacer un intercambio con adolescentes de la zona de Figline Valdarno, solo tenía 12 años. En este viaje conocí toda la zona de Toscana que me dejó perpleja por su increíble belleza. Cuando se terminó esta magnífica experiencia, claramente me quedé con unas ganas inmensas de volver a disfrutar de esos paisajes y sus gentes. En verano de 2020 mis ojos se iluminaron al ver en la página del Cuerpo Solidario Europeo que había un voluntariado en la ciudad de Prato, ciudad cercana a otras como: Florencia, Pisa, Bolonia, Lucca y muchas más. Mi experiencia empezó en octubre del 2020, fui la primera voluntaria en llegar (menuda suerte hehe) y luego llegó mi gran fiel compañera Sonia. No nos conocíamos de nada, pero nos bastaron 10 segundos para tener la sensación de que nos conocíamos de toda la vida. A mi llegada me di cuenta que no tenía ni idea de hablar italiano, pero no importó, Maria (nuestra tutora) nos acogió con todo su amor y simpatía, también estaba el gran Benedetto (conductor, cocinero, albañil, arregla todo vamos). Nos llevaron a la casa que iba a ser nuestro hogar por un año. Nos dieron todas las facilidades posibles, además se encontraba en pleno centro (nos dieron incluso una bici a cada voluntario para poder movernos por la ciudad, nos perdimos más de una vez), vamos, una fuc** maravilla.
El otro voluntario, super Emils (Emiliet para los amigos) llegó un día después. No importaron las diferencias de idioma, costumbres…nos convertimos en una familia de 3 puesto que llegamos en un período difícil para relacionarse socialmente, ya que en Italia aún tenían muchas restricciones para hacer vida normal. Sin embargo, esto no impidió que siguiéramos con nuestro voluntariado, empezaron nuestras clases y nuestro trabajo en los respectivos centros a los que estábamos destinados. Y el cuarto integrante no llegó hasta abril, pero madre mía, llegaba con una fuerza que nos dejó a todos secos con sus ganas de comerse el mundo, ese es Adri, que aún creo que sigue por ahí realizando otros voluntariados (le gustó tanto la experiencia que quiere profesionalizarse en buscador de voluntariados en Italia).
Hemos pasado muchas cosas juntos, 1 año da para mucho: cumpleaños, amistades nuevas, fiestas, navidad y año nuevo, semana santa, fiestas nacionales de cada uno, un verano maravilloso, y muchas cosas más. En cuanto a nuestra organización, Opera Santa Rita, trabaja en ámbitos sociales y sanitarios. El voluntariado estaba dirigido a trabajar con menores y personas solicitantes de asilo. Principalmente mi labor la he realizado en una casa de acogida con menores ya que por la situación del Covid no pudimos trabajar con los solicitantes de asilo hasta julio. He aprendido muchísimo gracias a los niños y niñas de la casa, no solamente el idioma, también he aprendido la importancia de cooperar y trabajar conjuntamente, ya que se pueden conseguir muchas más cosas y de manera más rápida. El hecho que más ha marcado mi experiencia, es el momento en el que me di cuenta que me quería dedicar profesionalmente a la cooperación y a la acción solidaria, así que decidí inscribirme en un máster y ahora mismo estoy realizando mis estudios en Acción Solidaria Internacional y de Inclusión Social para un día poder volver a Italia y no sólo cooperar de forma voluntaria si no, ya de dedicar mi tiempo de manera profesional, como un trabajo vamos. Esta experiencia me ha servido para darme cuenta de lo afortunada que soy, de cuanto amor se puede compartir y de lo bien que sienta al hacerlo. También me ha servido para crecer como persona y para encontrar el amor, justamente de la misma ciudad donde realicé el voluntariado, parecía un amor de verano y se quedó en amor de los que calan y se quedan (esperemos que sea para un buen rato).
Por último, no me quiero enrollar, quiero expresar lo orgullosa que me siento de haber tomado la decisión de participar en el voluntariado, ha sido la mejor experiencia de mi vida y me ha aportado tanto que podría repetirla miles de veces…volvería a decir que SÍ sin pensarlo.
Gracias Yes Europa y Opera Santa Rita por ofrecer oportunidades tan bonitas como estas!