Me llamo Manuela y hace una semana me mudé a Eslovaquia como voluntaria europea. Voy a estar de voluntaria en un proyecto de comunicación y social media para un portal de noticias y no puedo estar más contenta con la decisión que he tomado.
MI primera impresión antes de irme
La primera impresión que tuvieron mis padres y mis amigos cuando les di la noticia de que me mudaba durante un año al este de Europa fue un poco demoledora: “¿Pero qué hay ahí?, ¿eso dónde está?, ten cuidado con las mafias…”, y otras tantas barbaridades. Ya había viajado por la zona de los Balcanes y sabía que todo eso eran simples prejuicios y desconocimiento. Así que no me dejé impresionar e hice la maleta. Hoy hacen dos semanas desde que llegué a Rimasvka Sobota, una ciudad del sur de Eslovaquia.
Mi impresión al llegar
No os voy a engañar. Es una ciudad pequeña, de horarios soviéticos, idioma extraño, mala combinación de transporte público, no apta para vegetarianos y con pocos vecinos que hablen inglés. Mucha gente en mi situación se habría desesperado el primer día pero han dado con la voluntaria equivocada. He decidido ver el bright side de esta experiencia. ¿Cómo? Os voy a contar mi truco.
Antes de mudarme a Eslovaquia, estuve unos meses viviendo en Londres. En esta gran ciudad cosmopolita y moderna me empapé de la actitud que tienen sus habitantes. En cada esquina encuentras una performace colaborativa, la fiesta de apertura de una academia de baile, un club de running, un evento de ciencia en bares… Participé en todo lo que pude. Me empapé de todas esas actividades, de las ganas de hacer cosas (que de por sí ya tenía) y aprendí que no existen frenos siempre y cuando tengas la intención.
Londres me enseñó a dinamizar y eso es lo que estoy haciendo en Rimavska Sobota. Con la ayuda de mis compañeros de trabajo (ellos hablan eslovaco, yo se decir “hola”), hemos creado un evento de intercambio de idiomas para la comunidad, formo parte de la compañía scout de la ciudad y voy a dar una clase sobre la cultura de mi país en la academia de inglés. Y esto solo es el principio.
Aparte de trabajar en comunicación online tengo tiempo para emprender proyectos en la ciudad, seguir conociendo gente, viajar, descubrir este increíble paraíso natural y seguir construyendo mi futuro internacional. Y, lo mejor, he cambiado la opinión que mis amigos y mi familia tenían sobre Eslovaquia.
Escrito por Manuela Ramos, voluntaria europea en Eslovaquia
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