Mi nombre es Roberto, hace casi un mes que volví de mi experiencia evs y la verdad, es algo que sigo teniendo muy presente.
En mi caso ha sido un voluntariado corto (dos meses). Esta oportunidad llego en un momento en el que tenía trabajo y se me planteaba un verano bastante monótono, por eso cuando leí la oferta, no lo pensé dos veces y vi que iba a ser un gran verano.
La ciudad elegida ha sido Burgas, Bulgaria, en la costa del Mar Negro. Siempre he vivido en el interior de España, así que vivir cerca del mar ya era un gran aliciente para aceptar el SVE.
Desde el momento en que acepté, tanto mi asociación de envío, Building Bridges, como la de acogida, Astika, me facilitaron todo, desde billetes de avión, conocer a los compañeros con los que iba a viajar… todo muy cómodo y sencillo.
Ya en el día que llegué, presentí que iba a salir todo bien, solo con deciros que en el grupo éramos 13 voluntarios españoles, imaginar las que pudimos llegar a liar.
El proyecto trataba sobre organizar festivales culturales, organizamos varios, con temáticas diferentes, para el día de los refugiados, por el 20 aniversario del evs, y el grande que fue todo un fin de semana para niños y niñas, en el que nos lo pasamos igual de bien que los participantes.
El tiempo libre lo supimos aprovechar muy bien viajando y conociendo mejor Bulgaria, y lo que no es solo Bulgaria. Juntamos nuestros días libres y nos hicimos una gran ruta por los Balcanes, llegando a sitios que jamás había pensado que llegaría.
En conclusión os animo a que probéis esta experiencia, si os da cosa un evs largo, empezar por el corto, pero ya os digo que se os hará demasiado breve y cuando terminéis solo estaréis pensando en donde vais a hacer el proyecto largo.
Os dejo debajo unas cuantas fotos de mi experiencia de voluntariado europeo.
Escrito por Roberto Sanz, voluntario europeo en Bulgaria
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