Mi nombre es Alejandro, un jóven de 28 años que ha participado en un espectacular proyecto de inmersión y aprendizaje con el Cuerpo Europeo de Solidaridad. Mi experiencia y proyecto han sido en Francia, concretamente en un lugar llamado Bonne, cerca de la ciudad de Annemasse, donde puedes encontrar absolutamente de todo. Mi desarrollo aquí, ha sido en un colegio privado/interno, llamado Maison Familiale Rurale, un gran lugar no solo por el aprendizaje que se proporciona, sino por la gran libertad que presenta respecto a espacio exterior, cargado de flores, arboleda y tranquilidad. Al inicio, como todo lo nuevo, no fue realmente fácil, ya que llegué con un nivel 0 de francés y la barrera de la lengua y muchos choques culturales estuvieron presentes, pero realmente, todo el equipo y sobre todos los alumnos del colegio fueron comprensivos y adaptativos, así que, solo fue cuestión de unas semanas el llegar a sentirme mucho más integrado. Como voluntario, naturalmente, tenía tareas, pero también beneficios en muchos sentidos. Mis tareas principales eran, entre algunas otras, preparar y realizar actividades con los alumnos de las clases de 3eme y 4eme (edades comprendidas entre 13 y 15 años), dichas actividades no duraban más de 1 hora, y no las realizada todos los días, así que realmente todo era bastante flexible. También preparaba y realizaba actividades durante la noche, antes del momento de ir a acostarse (ya que como digo, es un cole interno). En estas actividades preparaba juegos de cartas, preparaba un karaoke, veíamos una peli, bailes, deporte, diversos juegos divertidos como el juego de la silla y por supuesto 1 vez a la semana, organizaba una salida a una bolera!
Dejando a un lado mis tareas principales, también realizaba tareas de apoyo en otras actividades con otros compañeros profesores, ya que las clases eran grandes, chicos y chicas muy jóvenes y la supervisión es fundamental. Acompañaba a la realización de actividades deportivas externas como; Ski, ski de fondo, escalada, patinaje sobre hielo, salidas en bicicleta, cursos de orientación, ir al teatro, a la piscina…etc. En muchas ocasiones, como la organización dispone de vehiculos, era necesario hacer algunas salidas con los alumnos en dichos vehiculos, así que también era encargado de conducir.
Como he dicho, aunque hay que involucrarse y trabajar con autonomía, también recibí cosas muy valiosas, tales como la invitación al acompañamiento de un viaje erasmus con la clase de Terminal, 1 semana, en Eslovenia. Diferentes oportunidades para conocer a otros voluntarios y poder compartir la experiencia, invitación a decenas de formaciones…
En general y en conclusión, aunque realmente, en algunos momentos llegan los altibajos, no me arrepiento ni un minuto de haberme embarcado en este maravilloso proyecto. Es una experiencia muy enriquecedora He aprendido miles de cosas, no solo a nivel intelectual, sino a nivel personal y profesional. Ahora soy capaz de expresarme sin problema en francés, de desenvolverme en situaciones que antes nisiquiera imaginaba…y sobre todo, me conozco mucho más a mi mismo.