Durante 7 meses he estado viviendo en la ciudad rumana de Arad y participando en un proyecto de voluntariado llamado Actors of Change con voluntarios de Italia, Turquía y España.

En equipo y con la asociación de acogida OTI Arad hemos organizado muchas y diversas actividades para promover la interculturalidad y la no-discriminación.

Nuestra tarea principal consistía en realizar talleres dinámicos y participativos para los jóvenes en los institutos. ¡Aún recuerdo mis nervios la primera vez enfrente de una clase! Sin embargo, ahora siento que voy a echar de menos ver a esas personitas adolescentes sonrientes y curiosas por los juegos que teníamos preparados.

Además de participar en el ámbito educativo, realizamos otras actividades culturales para fomentar ciertos días significativos como el Día de la No-Discriminación o el Día de los Migrantes entre otros.

Hicimos acciones tan creativas cómo una exposición de fotos llamada “Breaking Borders”, un flashmob, un cine fórum y un concierto local con los alumnos de una escuela de arte.

Aunque sin duda, mi evento favorito y que recuerdo con gran cariño fue una noche intercultural en la que junto a los compañeros del proyecto en Timisoara reunimos en una misma sala a unas 70 personas de distintas nacionalidades compartiendo danzas y comidas españolas e italianas. Voluntarios de Francia, Alemania, Grecia, Macedonia,… que participaban en otros proyectos, voluntarios y visitantes locales, más personas refugiadas y migrantes en Rumanía, nos juntamos al ritmo de la música en este evento ejemplo de interculturalidad, respeto y solidaridad.

Además no son sólo las actividades lo que hacen grande a la experiencia de SVE, sino la gente que se conoce, los amigos que se forman, los descubrimientos del país que te acoge, los viajes y el crecimiento de uno mismo.

Escrito por Clara, voluntaria europea en Rumanía

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