Durante el año 2022-2023 me sumergí en la experiencia del voluntariado, mi primera vez
viajando sola a un país de Europa, en concreto a Italia. En primer lugar, me gustaría dedicar las siguientes líneas al proyecto que seleccioné con tanto amor. Se trata de un centro juvenil llamado Centro di Aggregazione Territoriale #Kairos Giovani, en este se trabaja con
personas jóvenes con el objetivo de fomentar su desarrollo personal y la participación en proyectos interculturales.
Once meses en los que viví en un pueblo llamado Pergine, ubicado en Trento, un lugar rodeado de montañas y lagos, donde la vida en invierno fue difícil, pero, la ubicación me permitió viajar con facilidad por toda Italia e incluso recorrer un poco otros países de
Europa. Un lugar que me permitió quedarme para siempre con las personas que me acompañaron en el proceso y la naturaleza que le rodeaba. La experiencia fue bonita pero no siempre fue fácil, muchos meses lejos de mi familia, del
mar, del buceo, de repente me vi en otro espacio que no disponía de todo aquello que yo consideraba esencial en mi vida. Pero, esto me permitió verme realmente por dentro, buscar el refugio dentro de mi y de las nuevas personas que llegaban poco a poco a mi vida.
Italia supuso un descubrimiento personal, ver la capacidad de resiliencia, de admiración por
mi misma, de flexibilidad, porque en febrero volví a casa, a Tenerife, a sentir de nuevo el calor de mi hogar. Esto, en otro momento anterior de mi vida no lo hubiese hecho, porque
me hubiese considerado “débil” por no aguantar los once meses sin regresar.
Aventurarme a lo desconocido supuso todo lo mencionado anteriormente, pero también me
permitió conocer la cultura Italiana, el cómo es realmente, porque no conoces la cultura de un país hasta que no te sumerges en él un tiempo, o eso considero bajo mi punto de vista. Lo que más me gustó fue la inmensidad de sus ciudades, la arquitectura, es tan detallista y
tan particular que puedes correr el riesgo de enamorarte y quedarte allí. También, me gustó mucho aprender italiano, a día de hoy lo sigo practicando y tengo la idea
de seguir estudiando, es más sorprendentemente me gusta más hablar italiano que español.
Si me preguntarán ¿volvería a repetir la experiencia? La respuesta sería un rotundo sí. Sin embargo, he aprendido que el próximo destino que escoja en mi vida, que por cierto, ahora es Perú, debe tener aquello que me llena el alma, que es en especial el mar, que yo pueda
acceder a él con facilidad. Las montañas de Pergine me acercaron a la otra parte de la naturaleza, siempre la pregunta ha sido ¿mar o montaña? e inevitablemente la experiencia me reafirmo que para mi es el mar.
¿Por qué volvería a repetir la experiencia? Sobre todo por las personas que me llevo y que me siguen acompañando en mi vida, por lo que crecí personalmente y sobre todo las ideas y conocimientos que me aportaron las y los profesionales del centro, así como su metodología y las y los jóvenes a los que acompañe.
Termino dándome las gracias por permitirme vivir esta experiencia, porque esto abrió la puerta de la confianza para viajar y, para saber que soy capaz de todo aquello que me proponga en mi vida.