Mi aventura empezó el 12 de marzo de 2017, el destino era Dragasani (Rumania) y mis compañeros eran de Ucrania, Georgia, Jordania y Turquía. Un total de seis voluntarios que íbamos a vivir y a trabajar juntos durante todo un año en un proyecto llamado “Green Life: choose your side!”
En los primeros días conocimos a los mentores al coordinador, y visitamos el único museo de la ciudad, el Museo del Vino, puesto que Dragasani tiene uno de los mejores vinos del país. Asimismo, durante el mes de marzo estuvimos con las clases de rumano, creamos nuestra página web y nuestra página en Facebook y escribimos y publicamos nuestra presentación.
En abril empezamos las actividades deportivas en el Liceul Tehnologic Bratianu, también en la escuela Tudor Vladimirescu y tuvimos nuestra primera conferencia y noche intercultural, en la que hablamos de las presentes y futuras actividades de nuestro proyecto. Durante este mes también presentamos a nuestros países, cocinando comida tradicional, mostrando danzas y música autóctona de cada uno de ellos, incluyendo la preparación de una presentación que incluía vídeos con imágenes y datos acerca de nuestro país de procedencia.
En mayo seguimos con las actividades en la escuela Tudor Vladimirescu y estuvimos una semana en una de las ciudades más bonitas del país, Sinaia, realizando el curso de “Formación de llegada”. También realizamos actividades para la Semana de la Juventud Europea.
En junio, acudimos a un concierto de música tradicional turca, puesto que uno de los voluntarios trajo consigo su Baglama. Participamos en el evento “Art for environment” en Caciulata y en una exposición de fotografía y exhibición de música tradicional en Ramnicu Valcea. Realizamos talleres sobre los efectos del alcohol, las drogas y el tabaco en varios institutos y entre los voluntarios y los estudiantes mostramos alternativas más saludables para pasar el tiempo libre solo o con amigos.
En julio, agosto y septiembre llevamos a cabo el Club de Ciclismo, hicimos un curso para aprender el método Teatro Foro y luego llevamos a cabo una representación usando el método aprendido sobre la importancia de no tirar basura tanto en ciudad como en espacios naturales, pintamos el instituto en el que más trabajamos y realizamos actividades sobre las “4 R”.
En verano tuvimos dos semanas de vacaciones y visitamos la costa del Mar Negro, Serbia y Bulgaria.
En octubre y noviembre nos centramos con el Club de Habla Inglesa, participamos, además, en la televisión local rumana y tuvimos la evaluación a mitad de proyecto en Brasov, otra de las ciudades más bonitas del país. También hicimos una presentación en el día del aprendizaje no formal, acudimos a otra noche intercultural y conocimos nuevos voluntarios; acudimos al Festival por la Tolerancia e hicimos actividades en el Centro Social Multifuncional en Verguleasa.
En diciembre y enero continuamos con el Club de Habla Inglesa, participamos en una feria de Navidad realizando manualidades para venderlas y donar lo recaudado a los más necesitados. Tuvimos las vacaciones de Navidad en las que algunos fuimos a visitar a nuestras familias y otros pasaron las vacaciones conociendo otras partes del bello país, y organizamos una fiesta del té con actividades deportivas y saludables.
Los últimos meses de nuestro proyecto, todo febrero y principios de marzo, realizamos las últimos talleres deportivos en la escuela Tudor Vladimirescu, realizamos nuestra última conferencia ante otros compañeros voluntarios y locales, completamos el Youthpass e hicimos las maletas con una corriente de emociones afloradas a lo largo de uno de los mejores años de mi vida.
Escrito por Sara, voluntaria en Rumanía
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