Tras un viaje largo, llegué el jueves 16 por la noche a la hora de la cena. Una vez allí, nos enseñaron el lugar (Il Salto) y enseguida nos fuimos a dormir, pues todo el mundo estaba cansado por el día de viaje.
Al día siguiente, nos explicaron la rutina que íbamos a seguir durante el mes siguiente. El proyecto se dividía en dos partes. Durante los diez primeros tendría lugar el Social Camp 2020, en el que participábamos tanto los voluntarios como gente de la zona. A lo largo de dichos diez días, se llevaron a cabo una serie de talleres y actividades enfocadas a revitalizar la zona, que había sufrido un grave terremoto en 2016. La segunda parte abarcaría del 3 al 10 de agosto, en la que solo nos quedaríamos los voluntarios EVS. Entre medias dispusimos de seis días libres.
Las actividades a desarrollar durante el Social Camp se agrupaban en tres temas principales: los bienes comunes, la convivencia y las desigualdades territoriales. A través de charlas y trabajos en grupo, se consiguió una manera eficaz de aprender y profundizar en los temas, así como una gran integración con la gente con la que teníamos que convivir.
Mientras pasaban los días, la confianza con los compañeros era cada vez mayor, lo que permitió disfrutar de una experiencia mucho más completa, aunque también supuso una dura despedida el lunes 27.
Esa semana, cada uno dispuso de sus días libres de la manera que consideró oportuna. En mi caso, fui a Florencia del 28 de julio al 1 de agosto, ya que allí tenía un par de conocidos que me enseñaron la ciudad. Ya el domingo, nos reunimos de nuevo los voluntarios en Macerata para pasar el último día libre juntos y preparar la vuelta a Il Salto.
Al día siguiente, ya en Il Salto, nos explicaron la agenda que nos iba a ocupar esa última semana. Al principio, hubo que adaptarse al hecho de que ahora solo éramos diez personas, por lo que el reparto de tareas nos iba a implicar mucho más a todos.
Durante la última semana se recopiló toda la información elaborada durante el Social Camp, con el objetivo de sintetizar los contenidos con la mayor calidad posible y publicarlos en la página web de Borgofuturo. También hicimos una edición de video, seleccionando imágenes y vídeos de las actividades y talleres.
Asimismo, también desarrollamos actividades en la granja y el área local. Como conclusión, me gustaría resaltar que estoy muy agradecido a YesEuropa – Asociación «Building Bridges», Arcs, Borgofuturo, Erasmus + por la oportunidad que he tenido, especialmente dada la inusual y dramática situación del COVID-19. Me voy con la sensación haber pasado por una experiencia muy enriquecedora, que no solo me ha permitido conocer a gente fantástica y muy distinta a mí, sino también conocerme más a mí mismo y abrir mi mente ante un abanico de perspectivas para afrontar diversos temas.