Me llamo Carlos, tengo 29 años y soy español. He participado en un proyecto de voluntariado en Croacia entre agosto y septiembre de 2021.
Me animé a hacer un voluntariado porque quería hacer una pausa tras acabar un máster, y quería ir a otro país, vivir nuevas experiencias, aprender otro idioma y poder trabajar en un proyecto relacionado con el medioambiente. Cuando decidí participar en esta aventura no tenía ninguna expectativa, no sabía qué esperar, pero ha sido una experiencia muy positiva.
En este caso éramos un grupo de 13 voluntarios (procedentes de España, Portugal y Hungría) que vivíamos en el pequeño pueblo de Perušić (finalmente aprendimos a pronunciarlo). Los primeros días me costó un poco adaptarme, ya que era la primera vez que vivía en otro país, nuevo idioma, nueva gente. Éramos personas completamente diferentes, pero aprendimos a entendernos, a trabajar juntos, y puedo decir que me llevo verdaderos amigos.
Mi proyecto de voluntariado estaba centrado en trabajar ayudando en Grabovača, un parque geológico con una gran cantidad de cuevas subterráneas de origen kárstico. Algunas de las actividades que hacíamos eran regar el huerto, limpiar algunas zonas del parque, construir y pintar columpios en la zona destinada a los niños, etc.
Por otro lado, algunos voluntarios trabajábamos por las mañanas en la “Escuela de verano” con algunos niños y niñas del pueblo con edades comprendidas entre los 7 y 13 años. A la vez que realizábamos juegos también les enseñábamos algunas palabras en el idioma de los voluntarios.
Por las tardes teníamos clases de croata y, aunque es un idioma difícil, hemos aprendido algunas cosas básicas para poder comunicarnos con la gente local y aprender parte de su cultura.
El trabajo en el parque era durante la semana, pero los fines de semana los teníamos libres, por lo que algunos voluntarios decidimos ir de viaje a otras partes de Croacia y aprovechar para conocer el país. En mi caso, visitamos las ciudades de Zagreb, Zadar, Split y Dubrovnik.
Salir de tu zona de confort no es sencillo pero una de las cosas que aprendes en un voluntariado es a salir de tu círculo y enfrentarte a los desafíos que se presenten en tu proyecto. Se trata de una experiencia que recomiendo a todos los jóvenes que quieran vivir una nueva aventura, vivir en otro país, aprender un nuevo idioma, conocer nueva gente y, en definitiva, salir de su zona de confort.
Carlos.